martes, 23 de abril de 2013

Hojas que caen


De nuevo es así como la tristeza invade mi alma.

El cúmulo de pensamientos que colman y atiborran mi mente.

La sensación y el deseo de subir a la parte más alta de aquel árbol que veo en mi ventana y arrojarme de cabeza al vacío

Ver como destino final la tierra, solo para justo antes levantar el vuelo y mutar en otra cosa.

Estúpida noción sobre la libertad de las aves, todos somos esclavos de un deseo u otro, de una necesidad y todas.

El ruido a veces es mucho y a veces es suficiente; pero aun así el silencio es peor.

Y mientras pongo mi mano en la primera rama, aquella en las que serán las últimas  reniego una vez más de lo que decido y en la decidía desisto de ti y de mí.

Tal vez todo debe ser así, tal vez no debo desear nada y morir, así nada más, como esa hoja que cae…